Domingo, 7 de febrero de 2016.
Por Verónica Ocvirk.
DESPIDOS DE INGENIEROS QUE DESARROLLABAN VAGONES PARA EL BELGRANO CARGAS.
El gobierno de Cambiemos expulsó a todo el equipo de ingenieros, economistas y otros profesionales que trabajaba en la reconstrucción de la industria ferroviaria desde Fabricaciones Militares.
Dentro de la catarata de despidos que comenzaron a sucederse en la administración pública, los 140 trabajadores cesanteados de Fabricaciones Militares (FM) se transformaron en blanco de una virulenta campaña de desprestigio, que entre otras acusaciones incluyó la de funcionar como una “caterva de tuiteros propagandistas” cuyas tareas nada tenían que ver con el objetivo de la institución. Lo que las notas que se hicieron eco de esas denuncias se privaron de mencionar fueron los desarrollos que venían gestándose desde el organismo dependiente del Ministerio de Defensa, entre ellos un proyecto de fabricación de vagones de carga diseñados por el equipo de ingenieros de FM y producidos en la fábrica militar de Río Tercero.
El propósito pasaba por reconstruir la industria ferroviaria local para poder responder con producción argentina a la meta de reactivar el tren de cargas. Para eso la planta de Río Tercero comenzó en 2006 a recuperar sus viejas capacidades en el área metalmecánica, reacondicionando sus instalaciones con miras, en un principio, a reparar vagones. El desarrollo del sector continuó en forma progresiva hasta que tras varios acercamientos se logró en 2014 firmar un convenio específico con el Belgrano Cargas (la operadora ferroviaria de cargas estatal) para la provisión de 1050 vagones con diferentes usos y diversas trochas: 50 tolvas graneros, 400 plataformas portacontenedor y 600 espinas portacontenedor con sus correspondientes bogies (la base de los vagones). Hasta ese momento se habían invertido sólo en el diseño unas 5000 horas de ingeniería argentina, pero el acuerdo fue el espaldarazo que faltaba para motorizar otra serie de tareas, como la de relevar los talleres ferroviarios de todo el país para contar con un panorama certero a nivel infraestructura, armar desde cero la línea de producción y activar una cadena de proveedores capaz de responder con solvencia a los requerimientos de la fabricación en serie.
Lo que parecía imposible se hizo realidad: el país volvía a fabricar material rodante nuevo. Pero esto tampoco fue magia. Si bien el proyecto recibió toda clase de elogios (el tren en sí goza en la Argentina de una excelente prensa), fue necesario mantener una firme determinación política para continuar con un programa que no resulta sencillo ni permite cosechar réditos inmediatos. Se habló entonces de un “círculo virtuoso”, ya que la industria ferroviaria es estratégica no solo por sus objetivos en materia de logística y transporte sino también por los eslabonamientos positivos que produce hacia otros sectores, dinamizando la producción local y generando empleo calificado en diferentes centros del país.
El acuerdo inicial sufrió sus vaivenes al tambalear primero la posibilidad de financiamiento por parte del Belgrano Cargas y concretarse más tarde una compra de 3500 vagones y 100 locomotoras a la firma china CSR. No obstante, el contrato con FM se “partió” en seis tramos cuya primera entrega de 115 vagones estaba prevista para 2016. El objetivo seguía vigente. El equipo de FM continuó trabajando.
A través del nuevo interventor de FM, Héctor Lostri, el gobierno de Mauricio Macri tomó la decisión de echar por tierra ese desarrollo al descabezar al equipo de profesionales que lo gestionaba. “En este momento nos encontrábamos en la fase de pre-serie, aquella en la que la línea se prueba como un flujo productivo completo. Estábamos en condiciones de comenzar con las entregas a partir de marzo”, explica Mariano Di Lascio, hasta hace poco responsable de la Gestión de Proyectos Ferroviarios. “Nosotros no somos los dueños de esto –continúa–, somos un equipo de ingenieros, economistas y contadores al servicio de Fabricaciones Militares para llevar adelante un proyecto de interés nacional. Por eso pusimos a disposición de la nueva gestión toda la información para hacer un traspaso formal. Pero nadie vino a vernos ni a preguntar qué hacemos. Solo nos despidieron de un día para el otro.”
Según Di Lascio, los despidos apuntan al desmantelamiento del área, dado que es imposible pensar que vuelva a conformarse un equipo con el know how del que desde hace años venía trabajando. De hecho fueron cesanteados tanto quienes diseñaron los vagones –y que aún tenían intervenciones críticas en la puesta a punto de la línea de producción– como áreas claves para la sustentabilidad del proyecto: salud, seguridad y medio ambiente; costos; control de gestión, y calidad. “Sería inocente pensar que una gestión que quiere continuar con este desarrollo despide a todo el plantel que tiene la información para llevarlo a cabo sin siquiera preguntar cuáles son las cuestiones críticas para el futuro”, sostiene, y agrega que más allá de la fabricación de vagones para el Belgrano Cargas, que era el proyecto más tangible del área, también venían investigándose otros desarrollos siempre vinculados a la reactivación de la industria ferroviaria.
Consultada por Cash acerca de la continuidad del sector, la nueva conducción de Fabricaciones Militares hizo saber que hasta que el Ministerio de Transporte no solicite el pedido, el organismo no avanzará en el proyecto. Desde el Belgrano Cargas, en tanto, se comunicó a este medio que el contrato por los 115 vagones permanece vigente y que desconocen el despido del equipo a cargo. El pase de responsabilidades hace suponer que el vapuleado contrato quedará finalmente sin efecto.
De acuerdo a funcionarios pertenecientes a la anterior gestión de la operadora ferroviaria estatal, la idea del nuevo Ministerio de Transporte es continuar con las compras a China y que la industria local se dedique sólo a reparaciones. “La compra de los 1000 vagones plataforma iba en línea con el desarrollo de una red de bases logísticas para generar tráfico intermodal (contenedores), con el objetivo de hacer más competitiva la logística de la industria y apuntando especialmente a las pymes. Es probable que hoy se descarte ese mercado, focalizándose exclusivamente en los granos. Por lo menos en el corto plazo parece difícil que salgan a buscar ese tipo de vagones y que inviertan por encima del contrato con China”, advierte un ex empleado de la firma.
El trabajo que supo desplegar Fabricaciones Militares da claras cuentas de que o bien hablamos de tuiteros tan inteligentes que a la par de postear en las redes son capaces de diseñar y fabricar vagones, o las imputaciones desde los medios dominantes resultaron ser, tal como sucedió con otras dependencias del Estado, construcciones mentirosas esgrimidas para justificar lo injustificable.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-9124-2016-02-07.html
Por Verónica Ocvirk.
DESPIDOS DE INGENIEROS QUE DESARROLLABAN VAGONES PARA EL BELGRANO CARGAS.
El gobierno de Cambiemos expulsó a todo el equipo de ingenieros, economistas y otros profesionales que trabajaba en la reconstrucción de la industria ferroviaria desde Fabricaciones Militares.
Dentro de la catarata de despidos que comenzaron a sucederse en la administración pública, los 140 trabajadores cesanteados de Fabricaciones Militares (FM) se transformaron en blanco de una virulenta campaña de desprestigio, que entre otras acusaciones incluyó la de funcionar como una “caterva de tuiteros propagandistas” cuyas tareas nada tenían que ver con el objetivo de la institución. Lo que las notas que se hicieron eco de esas denuncias se privaron de mencionar fueron los desarrollos que venían gestándose desde el organismo dependiente del Ministerio de Defensa, entre ellos un proyecto de fabricación de vagones de carga diseñados por el equipo de ingenieros de FM y producidos en la fábrica militar de Río Tercero.
El propósito pasaba por reconstruir la industria ferroviaria local para poder responder con producción argentina a la meta de reactivar el tren de cargas. Para eso la planta de Río Tercero comenzó en 2006 a recuperar sus viejas capacidades en el área metalmecánica, reacondicionando sus instalaciones con miras, en un principio, a reparar vagones. El desarrollo del sector continuó en forma progresiva hasta que tras varios acercamientos se logró en 2014 firmar un convenio específico con el Belgrano Cargas (la operadora ferroviaria de cargas estatal) para la provisión de 1050 vagones con diferentes usos y diversas trochas: 50 tolvas graneros, 400 plataformas portacontenedor y 600 espinas portacontenedor con sus correspondientes bogies (la base de los vagones). Hasta ese momento se habían invertido sólo en el diseño unas 5000 horas de ingeniería argentina, pero el acuerdo fue el espaldarazo que faltaba para motorizar otra serie de tareas, como la de relevar los talleres ferroviarios de todo el país para contar con un panorama certero a nivel infraestructura, armar desde cero la línea de producción y activar una cadena de proveedores capaz de responder con solvencia a los requerimientos de la fabricación en serie.
Lo que parecía imposible se hizo realidad: el país volvía a fabricar material rodante nuevo. Pero esto tampoco fue magia. Si bien el proyecto recibió toda clase de elogios (el tren en sí goza en la Argentina de una excelente prensa), fue necesario mantener una firme determinación política para continuar con un programa que no resulta sencillo ni permite cosechar réditos inmediatos. Se habló entonces de un “círculo virtuoso”, ya que la industria ferroviaria es estratégica no solo por sus objetivos en materia de logística y transporte sino también por los eslabonamientos positivos que produce hacia otros sectores, dinamizando la producción local y generando empleo calificado en diferentes centros del país.
El acuerdo inicial sufrió sus vaivenes al tambalear primero la posibilidad de financiamiento por parte del Belgrano Cargas y concretarse más tarde una compra de 3500 vagones y 100 locomotoras a la firma china CSR. No obstante, el contrato con FM se “partió” en seis tramos cuya primera entrega de 115 vagones estaba prevista para 2016. El objetivo seguía vigente. El equipo de FM continuó trabajando.
A través del nuevo interventor de FM, Héctor Lostri, el gobierno de Mauricio Macri tomó la decisión de echar por tierra ese desarrollo al descabezar al equipo de profesionales que lo gestionaba. “En este momento nos encontrábamos en la fase de pre-serie, aquella en la que la línea se prueba como un flujo productivo completo. Estábamos en condiciones de comenzar con las entregas a partir de marzo”, explica Mariano Di Lascio, hasta hace poco responsable de la Gestión de Proyectos Ferroviarios. “Nosotros no somos los dueños de esto –continúa–, somos un equipo de ingenieros, economistas y contadores al servicio de Fabricaciones Militares para llevar adelante un proyecto de interés nacional. Por eso pusimos a disposición de la nueva gestión toda la información para hacer un traspaso formal. Pero nadie vino a vernos ni a preguntar qué hacemos. Solo nos despidieron de un día para el otro.”
Según Di Lascio, los despidos apuntan al desmantelamiento del área, dado que es imposible pensar que vuelva a conformarse un equipo con el know how del que desde hace años venía trabajando. De hecho fueron cesanteados tanto quienes diseñaron los vagones –y que aún tenían intervenciones críticas en la puesta a punto de la línea de producción– como áreas claves para la sustentabilidad del proyecto: salud, seguridad y medio ambiente; costos; control de gestión, y calidad. “Sería inocente pensar que una gestión que quiere continuar con este desarrollo despide a todo el plantel que tiene la información para llevarlo a cabo sin siquiera preguntar cuáles son las cuestiones críticas para el futuro”, sostiene, y agrega que más allá de la fabricación de vagones para el Belgrano Cargas, que era el proyecto más tangible del área, también venían investigándose otros desarrollos siempre vinculados a la reactivación de la industria ferroviaria.
Consultada por Cash acerca de la continuidad del sector, la nueva conducción de Fabricaciones Militares hizo saber que hasta que el Ministerio de Transporte no solicite el pedido, el organismo no avanzará en el proyecto. Desde el Belgrano Cargas, en tanto, se comunicó a este medio que el contrato por los 115 vagones permanece vigente y que desconocen el despido del equipo a cargo. El pase de responsabilidades hace suponer que el vapuleado contrato quedará finalmente sin efecto.
De acuerdo a funcionarios pertenecientes a la anterior gestión de la operadora ferroviaria estatal, la idea del nuevo Ministerio de Transporte es continuar con las compras a China y que la industria local se dedique sólo a reparaciones. “La compra de los 1000 vagones plataforma iba en línea con el desarrollo de una red de bases logísticas para generar tráfico intermodal (contenedores), con el objetivo de hacer más competitiva la logística de la industria y apuntando especialmente a las pymes. Es probable que hoy se descarte ese mercado, focalizándose exclusivamente en los granos. Por lo menos en el corto plazo parece difícil que salgan a buscar ese tipo de vagones y que inviertan por encima del contrato con China”, advierte un ex empleado de la firma.
El trabajo que supo desplegar Fabricaciones Militares da claras cuentas de que o bien hablamos de tuiteros tan inteligentes que a la par de postear en las redes son capaces de diseñar y fabricar vagones, o las imputaciones desde los medios dominantes resultaron ser, tal como sucedió con otras dependencias del Estado, construcciones mentirosas esgrimidas para justificar lo injustificable.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-9124-2016-02-07.html
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