05/08/2016.
Por: Tomás López Mateo.
El plan económico del gobierno macrista sigue deteriorando el poder adquisitivo de los argentinos y las argentinas. Después de la implementación de una batería de “políticas de estabilización” compuesta por una devaluación superior al 50% con quita de retenciones, tarifazos superiores a los del Rodrigazo y levantamiento de los controles de precios internos, siguieron aumentos de segunda ronda (admitidos por el titular del BCRA), debido a los aumentos en la estructura de costos de las empresas, por los aumentos paritarios y la suba del precio de sus insumos productivos. Por esto, la inercia del proceso inflacionario no se detiene y las políticas ortodoxas de restricción monetaria no logran más que encarecer el acceso al crédito para las PyME. Como se puede ver en cada indicador sectorial, además de encontrarse sujetas a un mayor grado de exposición a la volatilidad de precios, sufren el deterioro de la cadena de pagos, cuando no el rompimiento de los compromisos prefijados.
La licuación del salario real de los trabajadores, debido a los incrementos de salarios que han promediado más de 10 puntos por debajo de la inflación (31% de paritarias medias VS 42% de suba de precios), afectan su nivel de ingreso mensual disponible. Esto, sumado a la expulsión de más de 100.000 trabajadores del empleo formal, producto de la ola de despidos en los sectores público y privado, derivó en una merma considerable del consumo de las familias. Como resultado de este escenario de recesión con aumento del desempleo, el proceso de merma en el consumo comenzó gestándose entre las mercancías de consumo durable (típicamente electrónicos, mueblería y ciertos textiles; aunque actualmente la recesión ya se derramó a bienes de la canasta básica y consumo cotidiano, como ser los rubros de alimentos y bebidas.
En cuanto a los números concretos, que ilustran este contexto recesivo en términos de actividad y consumo interno, la Cámara de la Mediana Empresa (CAME) presenta su tradicional indicador de consumo minorista. Este informe privado, complementa las cifras oficiales del Indec relativas al consumo en shoppings y supermercados, que actualmente marcan bajas de 14 y 16 puntos porcentuales una vez descontada la inflación del período, respectivamente.
El resultado del índice de CAME para el mes de julio, presenta una nueva merma interanual, la séptima consecutiva en un año en el que, de manera diametralmente opuesta a 2015, no se produjo un solo mes de mejora. Cabe destacar algunas breves de cuestiones a modo de síntesis del informe sectorial:
En julio cayeron en mayor medida los rubros que hacen al consumo durable (como electrónicos y electrodomésticos, que bajó 18,1% o materiales para la construcción, que descendió 12,7%). Esto da cuenta del deterioro sistemático en el ingreso disponible de las familias.
Todos los rubros que componen el indicador cayeron en julio. Ni siquiera aquellos ítems de alta inelasticidad (baja sensibilidad de la demanda a aumentos de precios), como Alimentos y Bebidas (-1,9%) o Farmacia (-5,35%) han presentado avances mensuales.
Todos los rubros que componen el indicador cayeron en el acumulado de los primeros siete meses del año, siendo el ítem de Electrónicos y Electrodomésticos el de mayor retracción total (-10,8%).
A esto se agrega una caída en la producción PyME, del orden del 5,9% en junio, lo cual consolida un 4,4% de desplome en el primer semestre del corriente año, en relación a 2015.
A continuación, dos gráficos que permiten visualizar el desempeño del indicador de consumo para el mes de julio, junto con su serie desde inicios del año 2015 hasta la actualidad.
http://eppa.com.ar/destruir-el-comercio-interno-en-siete-meses/
Por: Tomás López Mateo.
El plan económico del gobierno macrista sigue deteriorando el poder adquisitivo de los argentinos y las argentinas. Después de la implementación de una batería de “políticas de estabilización” compuesta por una devaluación superior al 50% con quita de retenciones, tarifazos superiores a los del Rodrigazo y levantamiento de los controles de precios internos, siguieron aumentos de segunda ronda (admitidos por el titular del BCRA), debido a los aumentos en la estructura de costos de las empresas, por los aumentos paritarios y la suba del precio de sus insumos productivos. Por esto, la inercia del proceso inflacionario no se detiene y las políticas ortodoxas de restricción monetaria no logran más que encarecer el acceso al crédito para las PyME. Como se puede ver en cada indicador sectorial, además de encontrarse sujetas a un mayor grado de exposición a la volatilidad de precios, sufren el deterioro de la cadena de pagos, cuando no el rompimiento de los compromisos prefijados.
La licuación del salario real de los trabajadores, debido a los incrementos de salarios que han promediado más de 10 puntos por debajo de la inflación (31% de paritarias medias VS 42% de suba de precios), afectan su nivel de ingreso mensual disponible. Esto, sumado a la expulsión de más de 100.000 trabajadores del empleo formal, producto de la ola de despidos en los sectores público y privado, derivó en una merma considerable del consumo de las familias. Como resultado de este escenario de recesión con aumento del desempleo, el proceso de merma en el consumo comenzó gestándose entre las mercancías de consumo durable (típicamente electrónicos, mueblería y ciertos textiles; aunque actualmente la recesión ya se derramó a bienes de la canasta básica y consumo cotidiano, como ser los rubros de alimentos y bebidas.
En cuanto a los números concretos, que ilustran este contexto recesivo en términos de actividad y consumo interno, la Cámara de la Mediana Empresa (CAME) presenta su tradicional indicador de consumo minorista. Este informe privado, complementa las cifras oficiales del Indec relativas al consumo en shoppings y supermercados, que actualmente marcan bajas de 14 y 16 puntos porcentuales una vez descontada la inflación del período, respectivamente.
El resultado del índice de CAME para el mes de julio, presenta una nueva merma interanual, la séptima consecutiva en un año en el que, de manera diametralmente opuesta a 2015, no se produjo un solo mes de mejora. Cabe destacar algunas breves de cuestiones a modo de síntesis del informe sectorial:
En julio cayeron en mayor medida los rubros que hacen al consumo durable (como electrónicos y electrodomésticos, que bajó 18,1% o materiales para la construcción, que descendió 12,7%). Esto da cuenta del deterioro sistemático en el ingreso disponible de las familias.
Todos los rubros que componen el indicador cayeron en julio. Ni siquiera aquellos ítems de alta inelasticidad (baja sensibilidad de la demanda a aumentos de precios), como Alimentos y Bebidas (-1,9%) o Farmacia (-5,35%) han presentado avances mensuales.
Todos los rubros que componen el indicador cayeron en el acumulado de los primeros siete meses del año, siendo el ítem de Electrónicos y Electrodomésticos el de mayor retracción total (-10,8%).
A esto se agrega una caída en la producción PyME, del orden del 5,9% en junio, lo cual consolida un 4,4% de desplome en el primer semestre del corriente año, en relación a 2015.
A continuación, dos gráficos que permiten visualizar el desempeño del indicador de consumo para el mes de julio, junto con su serie desde inicios del año 2015 hasta la actualidad.
http://eppa.com.ar/destruir-el-comercio-interno-en-siete-meses/
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