Lunes, 21 de diciembre de 2015.
Por: Rodolfo Montes.
Margarita Stolbizer dijo que "el desafío es recuperar y ampliar" el espacio político de Progresistas.
Margarita Stolbizer | Bío | Diputada nacional y líder del partido GEN. Fue candidata presidencial en las últimas elecciones por la coalición Progresistas, que compartió con el Partido Socialista, donde obtuvo 632 mil votos, un 2,51% del total. Nació en Morón. Fue tres veces candidata a gobernadora por la provincia de Buenos Aires.
Cuando Hermes Binner decidió retirarse de la candidatura presidencial en 2015, Margarita Stolbizer tomó la posta y fue a la búsqueda del voto progresista no peronista. Los votos no aparecieron, pero la conductora del partido GEN, oriunda de la provincia de Buenos Aires, sigue convencida de que el espacio político de Progresistas está, "y el desafío es recuperarlo y ampliarlo". Para Margarita, sólo desde esa perspectiva política la Argentina irá para adelante. En una entrevista exclusiva con La Capital, la ex candidata presidencial dijo que a Mauricio Macri hay que concederle "un tiempo, para que sepa dónde está parado, con qué se encuentra".
Stolbizer reconoce que en el diálogo mano a mano que tuvo con el presidente "se quedó con una buena impresión de Macri", pero le cuestiona la política de shock económica y la designación por decreto de dos nuevos miembros de la Corte Suprema sin someter previamente los pliegos al escrutinio del Senado.
—La devaluación superior al 40 por ciento que decidió el gobierno de Macri, ¿es compatible o no con la propuesta electoral de Progresistas?
—No. Progresistas propuso en la campaña un plan integral de lucha contra la inflación y reordenamiento macroeconómico que haga hincapié en la gradualidad. Planteamos una convergencia hacia el tipo de cambio único, un tipo de cambio dual en el inicio, y luego yendo hacia la unificación. Este shock devaluatorio no era nuestra propuesta. Hemos criticado en el gobierno anterior la falta de un plan y una estrategia económica. Con medidas de shock todavía estamos en campaña, y no vemos un plan sustentable para afrontar integralmente la situación económica.
—¿Considera que el cambio brusco del valor del dólar impactará o no en los precios internos de la Argentina, en qué medida?
—Siempre que hay devaluación, impacta a precios, el problema es la intensidad de ese impacto. Hay una gran distorsión en todos los precios de la economía. Y ya desde los dos últimos meses del gobierno anterior se dispararon los precios. Habrá incrementos en los productos exportables (complejo cerealero) y también en los que dependen de importación (medicamentos), el anunciado incremento de tarifas (parece gradual, pero no hay precisiones). Todo depende de cómo los gremios acepten amortiguar estos incrementos en el costo de vida. Y en el impacto que esto tenga sobre precios. Frente a medidas de este tipo, la pregunta es cuáles son los costos, serán los costos y quién los paga. Eso es lo que debe definir prioridades y es lo que define a los gobiernos.
—¿Qué actitud deberían tomar las distintas centrales de trabajadores respecto de la devaluación y el aumento de precios?
—El desafío es recuperar los equilibrios económicos con equidad social. Los sindicatos deben proteger a los trabajadores y evitar un ajuste sobre los que menos tienen. Esto significa reclamar una clara política global de lucha contra la inflación y medidas compensatorias para mantener el poder adquisitivo del salario. Hasta ahora, el complejo cerealero (vía la baja del 5 por ciento de las retenciones a la soja y eliminación para el resto de los productos) es el que ha recibido una transferencia muy fuerte. Nosotros creemos en los ámbitos de discusión y consenso plural.
—¿Concuerda con la idea del gobierno de impulsar para enero un Consejo Económico y Social, y cuál sería el contenido preciso deseable de acuerdo de ese espacio?
—Estamos de acuerdo. Lo propusimos en la campaña. El Consejo debe discutir medidas de corto plazo (precios y salarios en base a un índice creíble), un pacto para bajar la inflación y proteger el salario. Pero también el Consejo permite ampliar la visión, comprender situaciones diferenciales e incluir otros temas de índole social, económico y laboral que exceden el tema de precios y salarios. El Consejo debe lograr en el mediano plazo una propuesta global de mejora de la productividad del sistema: capacitación de la mano de obra, innovación tecnológica, etcétera. Y también la aplicación del artículo 14 bis de la Constitución Nacional. Implica, entre otras cosas, que el incremento de la productividad (cuando se habla de productividad en general, se tiene en mente atar el incremento del salario a la productividad), y muchas veces esta definición desfavorece al trabajador, sea, en parte principal, consecuencia de la participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección por parte de los trabajadores (tal como lo prevé la Constitución Nacional).
—¿Las paritarias deberían continuar funcionando como en la última década, o propondría alguna modificación?
—Nos parece que las paritarias han sido una modalidad insuficiente. Solamente se pactaban acuerdos salariales para compensar la inflación. Hay que poner sobre la mesa una agenda más amplia y completa, que además de los derechos laborales que hoy no son parte de la discusión, se incluya cómo incorporar a los trabajadores informales al mercado formal. Los acuerdos no pueden funcionar con topes que limitan la capacidad de acción y negociación. Y deben estar precedidas de políticas que apunten a mitigar los conflictos que condicionan la discusión.
—Progresistas quedó fuera de los primeros puestos en las elecciones. ¿El electorado, que claramente migró al macrismo, encontró en el PRO su nueva expresión política?
—El escenario del 2011 fue muy distinto al actual. No creemos en la linealidad del comportamiento de los electores. Puede haber migrado a distintas opciones. Y Progresistas tiene el desafío de recuperarlos y ampliarlos. Pero no hay una derechización de la sociedad ni quienes sostienen posiciones políticamente progresistas y éticas han renunciado. Pero han puesto en la prioridad de sus motivaciones un efecto negativo frente a las otras opciones. El peronismo, tarde o temprano se renovará. Espero además que dejemos atrás algunos temas que atrasan, premodernos, que llevaron a tantos progresistas buscar a otras opciones. No podemos discutir más cuántos pobres hay en Argentina o si puede o no haber jueces militantes. Ahora hay que trabajar sobre cómo millones de argentinos mejorarán su calidad de vida, cómo construimos una justicia independiente y ágil.
—¿Cómo le cayó Macri cuando se reunió con él?
—Tuve una buena impresión del presidente Macri. Fue muy positiva la convocatoria a quienes habíamos competido, y especialmente a los gobernadores. Pero la designación de dos miembros de la Corte por decreto y en comisión no ha sido buena. No es ajustada a los antecedentes constitucionales, un error político que le dio razones al kirchnerismo para pararse, abroquelarse y hasta reclamar institucionalidad republicana con hipocresía respecto de lo que han hecho ellos antes. Los decretos son medidas excepcionales, constitucionales pero requieren de condiciones como la urgencia y la necesidad que no estaban dadas. Luego, ha sido bueno el reconocimiento del error por parte de Macri y la rectificación del procedimiento. Siempre es importante tomar del gobierno anterior lo que se hizo bien. Y el decreto 222 fue la mejor decisión de Néstor Kirchner. Entonces el procedimiento debía ajustarse a ello, como se hará ahora, luego de los reclamos (N. de la R: sin embargo, los nuevos miembros se integrarán a la Corte y simultáneamente se revisarán los antecedentes). Y Macri deberá tener en cuenta a los juristas más prestigiosos de la Argentina para tomar medidas. Son errores que pueden aceptarse en este comienzo, pero que no deberían repetirse.
—¿Usted podría integrar un esquema electoral junto al PRO?
—Yo no podría integrar ningún esquema electoral del PRO. Yo represento un espacio de pensamiento progresista que tiene dónde pararse y mucha gente espera de nosotros que ayudemos al nuevo gobierno pero que no perdamos nuestra identidad y ejerzamos el papel de control democrático que deben tener los partidos de oposición.
—El macrismo quiere derogar o cambiar la ley de medios, ¿usted qué piensa?
—Ya estaba desactualizada a poco de ser sancionada. Eso se debe modificar. Y tiene artículos que son inconstitucionales, debe ser reformado. Pero el proceso de reforma debe ser amplio, participativo, parlamentario y no para vengar cuentas pendientes sino para tener efectivamente un sistema de radiodifusión democrática.
http://www.lacapital.com.ar/politica/El-shock-devaluatorio-no-es-solucion-y-no-vemos-un-plan-sustentable-20151221-0023.html
Por: Rodolfo Montes.
Margarita Stolbizer dijo que "el desafío es recuperar y ampliar" el espacio político de Progresistas.
Margarita Stolbizer | Bío | Diputada nacional y líder del partido GEN. Fue candidata presidencial en las últimas elecciones por la coalición Progresistas, que compartió con el Partido Socialista, donde obtuvo 632 mil votos, un 2,51% del total. Nació en Morón. Fue tres veces candidata a gobernadora por la provincia de Buenos Aires.
Pese a la magra cosecha electoral, Stolbizer destacó la identidad de Progresistas y negó cualquier alianza con el PRO. |
Cuando Hermes Binner decidió retirarse de la candidatura presidencial en 2015, Margarita Stolbizer tomó la posta y fue a la búsqueda del voto progresista no peronista. Los votos no aparecieron, pero la conductora del partido GEN, oriunda de la provincia de Buenos Aires, sigue convencida de que el espacio político de Progresistas está, "y el desafío es recuperarlo y ampliarlo". Para Margarita, sólo desde esa perspectiva política la Argentina irá para adelante. En una entrevista exclusiva con La Capital, la ex candidata presidencial dijo que a Mauricio Macri hay que concederle "un tiempo, para que sepa dónde está parado, con qué se encuentra".
Stolbizer reconoce que en el diálogo mano a mano que tuvo con el presidente "se quedó con una buena impresión de Macri", pero le cuestiona la política de shock económica y la designación por decreto de dos nuevos miembros de la Corte Suprema sin someter previamente los pliegos al escrutinio del Senado.
—La devaluación superior al 40 por ciento que decidió el gobierno de Macri, ¿es compatible o no con la propuesta electoral de Progresistas?
—No. Progresistas propuso en la campaña un plan integral de lucha contra la inflación y reordenamiento macroeconómico que haga hincapié en la gradualidad. Planteamos una convergencia hacia el tipo de cambio único, un tipo de cambio dual en el inicio, y luego yendo hacia la unificación. Este shock devaluatorio no era nuestra propuesta. Hemos criticado en el gobierno anterior la falta de un plan y una estrategia económica. Con medidas de shock todavía estamos en campaña, y no vemos un plan sustentable para afrontar integralmente la situación económica.
—¿Considera que el cambio brusco del valor del dólar impactará o no en los precios internos de la Argentina, en qué medida?
—Siempre que hay devaluación, impacta a precios, el problema es la intensidad de ese impacto. Hay una gran distorsión en todos los precios de la economía. Y ya desde los dos últimos meses del gobierno anterior se dispararon los precios. Habrá incrementos en los productos exportables (complejo cerealero) y también en los que dependen de importación (medicamentos), el anunciado incremento de tarifas (parece gradual, pero no hay precisiones). Todo depende de cómo los gremios acepten amortiguar estos incrementos en el costo de vida. Y en el impacto que esto tenga sobre precios. Frente a medidas de este tipo, la pregunta es cuáles son los costos, serán los costos y quién los paga. Eso es lo que debe definir prioridades y es lo que define a los gobiernos.
—¿Qué actitud deberían tomar las distintas centrales de trabajadores respecto de la devaluación y el aumento de precios?
—El desafío es recuperar los equilibrios económicos con equidad social. Los sindicatos deben proteger a los trabajadores y evitar un ajuste sobre los que menos tienen. Esto significa reclamar una clara política global de lucha contra la inflación y medidas compensatorias para mantener el poder adquisitivo del salario. Hasta ahora, el complejo cerealero (vía la baja del 5 por ciento de las retenciones a la soja y eliminación para el resto de los productos) es el que ha recibido una transferencia muy fuerte. Nosotros creemos en los ámbitos de discusión y consenso plural.
—¿Concuerda con la idea del gobierno de impulsar para enero un Consejo Económico y Social, y cuál sería el contenido preciso deseable de acuerdo de ese espacio?
—Estamos de acuerdo. Lo propusimos en la campaña. El Consejo debe discutir medidas de corto plazo (precios y salarios en base a un índice creíble), un pacto para bajar la inflación y proteger el salario. Pero también el Consejo permite ampliar la visión, comprender situaciones diferenciales e incluir otros temas de índole social, económico y laboral que exceden el tema de precios y salarios. El Consejo debe lograr en el mediano plazo una propuesta global de mejora de la productividad del sistema: capacitación de la mano de obra, innovación tecnológica, etcétera. Y también la aplicación del artículo 14 bis de la Constitución Nacional. Implica, entre otras cosas, que el incremento de la productividad (cuando se habla de productividad en general, se tiene en mente atar el incremento del salario a la productividad), y muchas veces esta definición desfavorece al trabajador, sea, en parte principal, consecuencia de la participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección por parte de los trabajadores (tal como lo prevé la Constitución Nacional).
—¿Las paritarias deberían continuar funcionando como en la última década, o propondría alguna modificación?
—Nos parece que las paritarias han sido una modalidad insuficiente. Solamente se pactaban acuerdos salariales para compensar la inflación. Hay que poner sobre la mesa una agenda más amplia y completa, que además de los derechos laborales que hoy no son parte de la discusión, se incluya cómo incorporar a los trabajadores informales al mercado formal. Los acuerdos no pueden funcionar con topes que limitan la capacidad de acción y negociación. Y deben estar precedidas de políticas que apunten a mitigar los conflictos que condicionan la discusión.
—Progresistas quedó fuera de los primeros puestos en las elecciones. ¿El electorado, que claramente migró al macrismo, encontró en el PRO su nueva expresión política?
—El escenario del 2011 fue muy distinto al actual. No creemos en la linealidad del comportamiento de los electores. Puede haber migrado a distintas opciones. Y Progresistas tiene el desafío de recuperarlos y ampliarlos. Pero no hay una derechización de la sociedad ni quienes sostienen posiciones políticamente progresistas y éticas han renunciado. Pero han puesto en la prioridad de sus motivaciones un efecto negativo frente a las otras opciones. El peronismo, tarde o temprano se renovará. Espero además que dejemos atrás algunos temas que atrasan, premodernos, que llevaron a tantos progresistas buscar a otras opciones. No podemos discutir más cuántos pobres hay en Argentina o si puede o no haber jueces militantes. Ahora hay que trabajar sobre cómo millones de argentinos mejorarán su calidad de vida, cómo construimos una justicia independiente y ágil.
—¿Cómo le cayó Macri cuando se reunió con él?
—Tuve una buena impresión del presidente Macri. Fue muy positiva la convocatoria a quienes habíamos competido, y especialmente a los gobernadores. Pero la designación de dos miembros de la Corte por decreto y en comisión no ha sido buena. No es ajustada a los antecedentes constitucionales, un error político que le dio razones al kirchnerismo para pararse, abroquelarse y hasta reclamar institucionalidad republicana con hipocresía respecto de lo que han hecho ellos antes. Los decretos son medidas excepcionales, constitucionales pero requieren de condiciones como la urgencia y la necesidad que no estaban dadas. Luego, ha sido bueno el reconocimiento del error por parte de Macri y la rectificación del procedimiento. Siempre es importante tomar del gobierno anterior lo que se hizo bien. Y el decreto 222 fue la mejor decisión de Néstor Kirchner. Entonces el procedimiento debía ajustarse a ello, como se hará ahora, luego de los reclamos (N. de la R: sin embargo, los nuevos miembros se integrarán a la Corte y simultáneamente se revisarán los antecedentes). Y Macri deberá tener en cuenta a los juristas más prestigiosos de la Argentina para tomar medidas. Son errores que pueden aceptarse en este comienzo, pero que no deberían repetirse.
—¿Usted podría integrar un esquema electoral junto al PRO?
—Yo no podría integrar ningún esquema electoral del PRO. Yo represento un espacio de pensamiento progresista que tiene dónde pararse y mucha gente espera de nosotros que ayudemos al nuevo gobierno pero que no perdamos nuestra identidad y ejerzamos el papel de control democrático que deben tener los partidos de oposición.
—El macrismo quiere derogar o cambiar la ley de medios, ¿usted qué piensa?
—Ya estaba desactualizada a poco de ser sancionada. Eso se debe modificar. Y tiene artículos que son inconstitucionales, debe ser reformado. Pero el proceso de reforma debe ser amplio, participativo, parlamentario y no para vengar cuentas pendientes sino para tener efectivamente un sistema de radiodifusión democrática.
http://www.lacapital.com.ar/politica/El-shock-devaluatorio-no-es-solucion-y-no-vemos-un-plan-sustentable-20151221-0023.html
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